¿Cómo encontrar el Propósito?

Antes de preguntarte si tu trabajo es “bueno”, pregúntate: ¿Para qué sirve?

¿Cuál es el sentido de pagar más por los productos que consumimos? ¿Seguridad? ¿Lujo? ¿Estatus? Eso también es una función. Y entenderla cambia todo. Muchos caemos en la trampa de describirnos por nuestra actividad, no por nuestro impacto: “Soy diseñadora” por ejemplo. Pero eso no responde lo esencial” ¿Qué cambio buscas provocar? ¿En quién? ¿Para qué?

Simon Sinek lo planteó como “Empieza con el porqué”. Y Michael Schrage lo complementa: no pienses solo en lo que vendes, piensa en cómo transformas a tus clientes.

Lo que haces no es lo que crees que haces. El problema es que muchas veces nos enamoramos de nuestra forma (el producto, el proceso, el canal) y olvidamos el fondo (la transformación que queremos provocar).

  1. ¿Qué cambio quiero ver en mi cliente, usuario o audiencia?

  2. ¿Qué cree esa persona hoy sobre el mundo?

  3. ¿Cómo puedo aprovechar esa visión del mundo para moverla un paso más allá?

  4. ¿Estoy dispuesto a cambiar yo para lograr ese cambio?

No se trata de tener un propósito idealista. Se trata de tener claridad de intención. Porque sin intención clara, no hay impacto. Si no sabes para qué sirve lo que haces, no sabrás cómo medir si lo estás haciendo bien: no sabrás cómo mejorar, no sabrás cómo conectar con otros y no tendrás un rumbo real.

Siempre que hagas algo, debes saber: para qué lo estás haciendo, para quién lo esás haciendo y cómo saber si lo lograste. Solo ahí empieza la chamba de verdad, la que vale la pena.

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