La resistencia no es precisamente al cambio, sino al dolor que provoca el cambio.

Podemos administrar el dolor. Podemos usar curitas o placebos. Podemos decidir cambiar lento para sentir poquito, o cambiar rápido con la esperanza de sanar rápido también.

"[...] Pero para mí, la búsqueda fue hacia adentro. Eso de que para crear había que destruir, jamás había sido tan cierto. Y todo se destruyó. Llámalo barreras, miedos, narrativas, pretextos o resistencia.  El proceso es tan personal y tan delicado, que se va viviendo dosis a dosis. Pero la suma de las dosis son en realidad la destrucción de todos los paradigmas que vivimos."

Ya debería de ser obvio que no hay un cómo. No hay un checklist infalible y no hay un proceso replicable. Pero sí existen tácticas que disminuyen los riesgos, siempre que asumimos que siguen siendo pruebas, que sigue existiendo la posibilidad del fracaso y que seguimos teniendo la necesidad de aprender.

Éste es el momento para probar. Éste es el momento para hacer. Éste es el momento que nos toca y éstos son los recursos que tenemos.

No importa cómo lo definas, pero tienes que estar seguro de entender la cancha en la que vas a competir (y compartir con otros emprendedores).

Es cierto que podemos decidir las posibilidades que encontramos, es un arte.

Benjamin Zander explica cómo.

Imagínate que tuvieras que presentar tu proyecto a un socio estratégico que necesitas convencer para que te ayude a asumir un riesgo. Imagínate que quieres captar la atención de clientes, rápido, con un video.

Las historias se preparan, se construyen, se diseñan, se comparten. El problema no es que se piensen o se ensayen, el problema es que la venta sea el objetivo principal. Esos intereses ocultos arruinan todo lo demás.

Cada persona hace las etapas de su vida tan largas o cortas como quiere y decide en qué forma cada etapa define su propia vida. Lo que no se vale, y Meg Jay nos invita, es dejar pasar etapas de nuestra vida como si el tiempo y la juventud fueran eternos.

Se vale no estar seguro del modelo de negocio del nuevo proyecto, finalmente también lo tenemos que probar. De lo que sí tenemos que estar seguros es de que tenemos que probarlo rápido, evolucionar y darle forma.

En resumen, la teoría no sirve de nada si no se pone en acción. Aquí un ejemplo de la teoría en uso. Así sirven los Modelos de Negocio, cuando las empresas buscan provocar cambios.

A través de una Landing Page podemos llevar al usuario a otra página, podemos hacer que compre, le podemos pedir sus datos para iniciar conversaciones, darles herramientas par compartir o aprender algo de nosotros.

El trabajo apenas empieza.

Las estrategias de comunicación están cambiando y aunque el objetivo no es convertirnos en mercadólogos, si hay que saber defendernos.

En uno de los TEDs más inspiradores que he visto (durante más de 10 años), Gretchen Carlson tiene 3 respuestas para detener/corregir los problemas del acoso sexual. Empezando con la idea de que el problema es cultural y no es precisamente sobre sexo.

Si sólo sabes tres números del negocio, tendrían que ser los siguientes: cuánto cuesta, cuánto quiero ganar y cuánto están dispuestos a pagar los clientes.

Y el chiste, para el proyecto que estamos haciendo, es desarrollar una estrategia para cruzar ese abismo.

Yo no creo en las inversiones en publicidad (no lo hago). Prefiero creer en Guerrilla. Pero incluso eso, ya no es suficiente.

Y no solo eso. Lo único malo no es que escogemos historias que le convienen a nuestras opiniones, también nos creemos nuestras propias mentiras (y estas nos limitan).

Me parece imposible compartir una lista de pasos para crear algo. Aunque existan muchas herramientas para pensar, identificar patrones o incluso producir algo; me parece imposible que podamos utilizarlas una y otra vez, en el mismo orden y de la misma manera, para crear cosas.

Para que estas herramientas funcionen, hay que echarse un clavado a la verdad. Hay que entender las narrativas y las restricciones. Hay que ver los negocios desde diferentes puntos de vista y preguntarse muchas veces: “¿qué pasa si..?”

Si la empresa existe en tu imaginación, usa el modelo solo para seguir imaginando oportunidades, pero no te claves en la imaginación: haz pruebas (este es un tema completamente diferente).