Pero todo lo que sucede después de la educación básica, debería ser opcional. ¿Por que hay un camino convencional y para las masas, cuando necesitamos divergencia?

Puedes intentar vender la historia. O puedes concentrarte en escribir la historia. O puedes concentrarte en hacer arte y compartir su historia.

Sabiendo que puedes hacer cualquier cosa y que alguien puede argumentar que es completamente irracional, ¿cuál es el trabajo que quieres hacer?

Encantar a una persona significa ajustar aquello que hacemos a eso que cada persona necesita/desea. Encantar a una persona, muy bien, significa ser completamente reemplazable para la siguiente.

Las organizaciones van escribiendo su historia al mismo tiempo que la construyen. Lo que menos se necesita es un documento lleno de ilusiones.

Acepto que puedo hacer mejor uso de mis 40 horas, puedo restarle atención a muchas interacciones, incluso puedo aprender a delegar. Sin embargo, eso no me quita la responsabilidad de encontrarle un propósito a lo que hago.

No hagas ruido.

No hagas ningún movimiento brusco. 

Casi todo lo que hacemos deja marcas.

No está mal aspirar la libertad, está mal actuar como si estuviéramos presos cuando somos libres en realidad. 

Con el trabajo que me cuesta dejar libros empezados, esto es mucho decir. Pero nuevos caminos implican dejar los caminos andados para encontrar caminos desconocidos. 

Eres demasiado joven, no tienes experiencia. Parpadeas, y ya se te pasó el tiempo. No conoces el lugar, el idioma, las personas o el sistema. Si no empiezas, jamás conocerás. No tienes tiempo (pero acéptalo, nunca tendrás tiempo). 

La persona cuenta, el equipo cuenta, la organización cuenta, el entorno cuenta. Y es tan complejo, que es más fácil pensar que los lideres carismáticos y creativos simplemente nacieron así. 

Tu equipo chiquito puede hacer cosas tan grandes como quieras, si sabes poner el juego a su favor. El chiquito casi siempre tiene más posibilidades.

Hay que saber leer al equipo y a las personas del equipo, hay que saber escuchar lo que no se dice y a observar debajo de todas las capas.

Para lograr algo, hay que entender: 

Lo difícil no es pensar, sino tomar decisiones:  cuando no tenemos tiempo, cuando tenemos recursos limitados, cuando implica trabajar más, cuando están apegadas a principios más grandes. 

El otro también es humano, algo le da miedo, algo le preocupa, algo Io hace feliz, algo le causa alegria, tiene sus metas y sus secretos.  

Tienes al cliente que mereces. Al jefe que mereces. Y al equipo que mereces.

Si estás aguantando al cliente, al jefe o al equipo—o si estas esperando permiso o una invitación—es tu decisión. 

Cómo fue tomando algunas de sus decisiones profesionales, cómo se da a si misma el valor que merece y lo más importante: cómo no intentar jugar un juego de apariencias para ocupar posiciones de liderazgo.

Hay que jugar a las palabras. Hay que contar historias y encontrar la manera de describir conceptos abstractos. Analizar escenarios, tomar decisiones y sintetizar ideas. Ese es, en esencia, el trabajo creativo.

Sí hay que pensar en el resultado, en el desempeño esperado, en todo lo que dice el brief. Y hay que saber también, que nada de eso es relevante para una organización que no percibe valor del trabajo creativo.